Testimonios


¡El fabuloso Don Tito estaba vivito y coleando!

Víctor Morillo junto al pintor Don Tito Salas
Trabajaba yo en la Casa de la Cultura de Petare. Un día hablando con el conocido pintor y pedagogo de las artes plásticas Francisco D`Antonio, no recuerdo por cual circunstancia se refirió a don Tito Salas, el pintor inmortal de Simón Bolívar. Incrédulo ante lo que oía le dije: "Profesor, don Tito Salas no existe". Sin dar mayor importancia a mis palabras, con aire de seguridad, D`Antonio me respondió: "Mi apreciado Victor, no es sólo que don Tito Salas está vivo, sino que mañana te llevaré a su casa de campo, "El Toboso", aquí cerquita, en Mariches, para que puedas verlo y hablar con él".

Juro que esa noche no pude dormir, analizando la salida de mi amigo D`Antonio. Al día siguiente nos reencontramos y fuimos hasta el lugar prometido. Allí, en la finca "El Toboso", aledaña a Petare, estaba Don Tito Salas, absolutamente vivo, lúcido, lleno de humildad y cariño. Aquel hombre magnifico no sólo era un gigante de la plástica, sino además un ser absolutamente humilde, normal y sereno. Tiempo más tarde grabé un disco de larga duración, homenaje a El Libertador, y don Tito Salas, en gesto afectuoso, me permitió fotgrafiar y reproducir como portada una de sus famosas obras. Así pues, don Tito Salas, en contra de lo que yo creía, estaba vivito y coleando.

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Fue por Benny Moré y se trajo a Rolando La Serie

Víctor Morillo es una biblia, un libro abierto de historias y anécdotas. Hace poco tiempo me contó acerca de como trajo a Venezuela a ese gran cantante que fue Rolando La Serie.. Corrían los años cincuenta y Victor era uno de los artistas que se presentaba con mucha insistencia en el país. Una empresaria le había sugerido ir a Cuba a contratar a Benny Moré para traerlo a Venezuela. Con todos los gastos cubiertos, llegó Victor a La Habana. La efervescencia de la revolución cubana estaba en su momento caliente, En un bar de La Habana donde se presentaba Benny Moré todas las noches, Victor Morillo fue en compañía del recordado "Anacobero" Daniel Santos quien se encontraba por aquellos tiempos en Cuba...

Un susto por la llegada de un hombre que arribó al bar, puso en alerta a Victor de lo que se vivía en esos momentos en Cuba y de como la revolución reclamaba la dignidad de la mujer cubana que había sido etiquetada en tiempos de Batista como objeto sexual y de prostitución en la isla. Morillo, inocente de aquella circunstancia vio con temor la mirada del hombre que los amenazaba...la intervención de Daniel que conocía el ambiente calmó la situación. Una vez tranquilizado el momento, Victor preguntó por Moré que justo ese día, no fue al bar pero, uno de sus músicos con una gorra particular, un estilo de baile propio y tocando un timbal, llamaba la atención de Victor. Era Rolando, el negro Rolando La Serie... Al día siguiente, Victor volvió a buscar a Benny, pero tampoco lo logró  ver ese día y debía regresar a Venezuela, además del ambiente tenso de revolución que se vivía en Cuba. Al ver cantar a Rolando y el talentaso que vio en él, Victor tomó la decisión de proponerle una semana en Venezuela con el riesgo que la empresaria se molestara...

En efecto, llega a Venezuela y se trae a Rolando La Serie, que lo proponía a la empresaria que lo había enviado a Cuba. Insistió en presentar a Rolando en un show junto a él, a pesar que la empresaria le insistía en que quería a Benny Moré,Victor le explicó el asunto de la revolución en Cuba y que fuera a un ensayo de Rolando. Ella accedió y lo ve cantar en un ensayo, allí la cara de Victor viendo a la empresaria hablaba de un éxito futuro. Rolando La Serie fue contratado por una semana. El primer día fueron unas 20 personas, luego 100 y los días posteriores se multiplacaba el público en los shows de Rolando La Serie...fué un éxito...Hola Soledad. Pena en el Alma, Las Cuarenta, Sabor a mi,  se escuchaban entre otros tantos éxitos musicales en la voz de Rolando La Serie quien vivió algunos años en Venezuela y se hizo leyenda de la música en América.

Video cortesia de you tube: "Pena en el alma": https://www.youtube.com/watch?v=2E9QcGzu9qk

(Anécdotas de Victor Morillo en conversación con el poeta Larry Márquez Peralta)

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Alfredo Sadel no lo podía creer...

Estaba recogido en mi casa, malísimo de la salud, por un padecimiento de vesícula que terminó en operación de emergencia. Sonó el teléfono y, al levantarlo, me encontré con la voz inconfundible de Alfredo Sadel, quien solía salpicar sus conversaciones con salidas ocurrentes.

- Oye, Indio, ¿qué es lo que te pasa? - inquirió.

- Estoy mal, Alfredo, es la vesícula - respondí.

- No le pares bola a eso - prosiguió - prepara una gira para irnos por ahí al interior a presentarnos juntos. No le hagas caso a los médicos. ¡Qué bolas, a mi acaban de informar que me quedan seis meses de vida!. ¡Fíjate si estarán locos!

- No hombre Alfredo, que va, con ese cuerpote tuyo no puedes tener nada grave. Eso debe ser una equivocación. Eso digo yo, pero me aseguran que estoy out. Seis meses Indio, seis meses. ¿Cómo te parece?. Nos despedimos afectuosamente. En lo que constituyó una verdadera tragedia, los médicos estaban acertados. Seis meses más tarde, Alfredo Sadel, el inmenso Tenor de Venezuela, el patriarca del romanticismo vocal venezolano, abandonaba este mundo. El no podía creerlo, pero era cierto. Totalmente cierto.


¡Estoy en tercera base!...comentarios de Víctor Morillo al poeta Larry Márquez

Un homenaje al Tenor Alfredo Sadel y el Tricolor Victor Morillo, fue en marzo del 2009 en la Plaza Carlos Gardel de Caño Amarillo. Victor Morillo arribaba en una silla de ruedas, algo normal, pues acababa de ser operado en una de sus rodillas. Lo abordé junto al cantante Gilberto del Trío Venezuela. Un fuerte saludo y apretónde mano para el maestro Victor, mientras el cariño del público lo rodeaba con las respectivas e infaltables fotografías. 

- ¡Hola maestro!...fueron mis palabras. -Aquí hermano querido, en tercera base esperando un rollincito- me respondió "El Tricolor" en su lenguaje beisbolero y jocoso de quien espera llegar al "home" para anotar en carrera..

Dentro de mi alma, una angustia me embargó por completo. Mi mente comenzó a dar vueltas de pensamientos,  pero, me bastó ver a Víctor Morillo acompañado del recordado Trío Venezuela, en un canto poético a la negra que lo impactó en Río Chico...-eres mi diosa de chocolate-...¡sorocosó, sorocosó, sorocosó!

Al reflexionar en el mismo argot beisbolero, brotó una sonrisa de mi corazón, -para mí, el Maestro estaba equivocado en esta oportunidad-...no necesita, ni necesitará un rolling para ir a home empujado por otro que batee, simplemente él, Tricolor de Venezuela, es un cuarto bate para botarla de jonrón, una leyenda viviente que marca huellas y que aún, con su potente voz, tiene mucho que dar a la patria de Bolívar....

(En la gráfica de izquierda a derecha: sentado El Tricolor Victor Morillo, de pie Gilberto, la siempre recordada voz de Magia Blanca en el Trio Venezuela y el poeta Larry Márquez)

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Encuentro espiritual de Nicolás Guillén y Luis Mariano Rivera

Luis Mariano Rivera
Cierta madrugada, en el Hotel Avila de Caracas, tomaba unos tragos con el inmortal poeta cubano Nicolás Guillén cuando, de repente, se me ocurrió llamar por teléfono a Luis Mariano Rivera, en Cachunchú Florido, Carúpano, desarrollándose el diálogo siguiente:

-¿Qué te pasa Víctor?. ¿Por qué no estás durmiendo en tu casa?. ¿Ya es de madrugada?. ¿Con quién andas de farra?

-¡Luis Mariano, te estoy llamando, porque quiero presentarte a un gran poeta de la tierra!

-¿Quién es...dime su nombre...quién es? –interrogó Luis Mariano.
-¡No...no...espera que te lo ponga al teléfono!, insistí.

-Con gran humildad, Nicolás Guillén tomó el auricular y dijo: -Luis Mariano, mucho gusto conocerte, te habla Nicolás Guillén, poeta cubano.

Nicolás Guillén
En ese momento se produjo un gran silencio. Visiblemente conmovido, Guillén volteó hacia mí, tapó la bocina con la mano y sentenció:  -¡Coño!...este hombre es un poeta de verdad...¡un gran poeta!.

Hasta ahora no he logrado saber lo que Luis Mariano le dijo esa madrugada al inmenso bardo cubano, quien vivamente emocionado, manifestó: -Morillo, te prometo que haré lo posible y lo imposible para que este hombre visite nuestro país. El es algo grande, tiene que ir a Cuba.

La promesa de Nicolás Guillén fue cumplida en poco tiempo. Luis Mariano Rivera y su conjunto “Canchunchú Florido” fueron invitados a Cuba, acompañados por otros grupos folklóricos del oriente venezolano. En esa gira llena de emotividad, recibieron el afecto de todo el pueblo antillano, comenzando por el Presidente Fidel Castro.

¿Qué le diría Luis Mariano a Nicolás Guillén?

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Actuación frente a "los barbudos" en La Habana, Cuba

"Con ocasión de la llegada a La Habana de las Fuerzas rebeldes procedentes de la Sierra Maestra, el año 1959, actúe en presencia de Fidel Castro, Ernesto "Che" Guevara, Ifigenio Almejeiras, Juan Almeida, Camilo Cienfuegos y otros héroes míticos de ese proceso. Esa presentación en la plaza de la Libertad, ante tal vez un millón de personas, es imposible que pueda olvidarla, y ello por una razón muy especial".

Desde un año atrás, es decir, desde 1958, yo recitaba casi todas las noches por la radio venezolana el poema "El Relámpago de la Sierra Maestra", una apología al Comandante Castro. Será fácil la reacción de los cubanos cuando fue anunciado ese número, el cual, según me enteré después era sintonizado por los combatientes en plena guerra contra Fulgencia Batista".


Víctor comenta su anécdota con los barbudos de La Habana

El Presidente temporal de la Junta de Gobierno de entonces en 1959 Wolfang Lárrazabal, había enviado a La Habana, Cuba, una comitiva de artistas venezolanos para actuar frente a la celebración de la revolución cubana. Entre otros artistas estaban Don Mario Suárez, Adilia Castillo, Rafael Montaño, Magdalena Sánchez (en la gráfica derecha junta a Victor), Los Melódicos y por supuesto Victor Morillo, quien, en el avión que los llevaba de Venezuela a Cuba le dijo a Renato Capriles (director de Los Melódicos), que llevaba una sorpresa para acabar con el espectáculo...Evidentemente la sorpresa y preocupación de Capriles no era para menos.

En escena Victor, y a pocos metros en un balcón "los barbudos" con sus tabacos en el deleite de la actuación venezolana, aparecen los versos del Relámpago de la Sierra Maestra y la emoción llegó a un clima tan alto que apenas finalizaba la declamación de Victor Morillo, Fidel, el Che, Camilo y Raúl se lanzaron emocionados sobre él, para abrazarlo, rompieron sin querer el arpa de Mario Suárez que estaba en la escena y acabaron igualmente con el espectáculo como lo había ofrecido el Tricolor...

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Víctor y su encuentro con Guayasamín

Mes de julio del 2011, visitaba al maestro Morillo en su casa de Sarria en Caracas, detrás de mi, un cuadro con el dibujo de un jarrón con flores que decía: "Esta es una invitación al almuerzo el día sábado 09 de julio a las 13 horas en la casa de tu amigo Guayasamín....1983 Música, voladores, vaca loca, globos y castillos". (Obsequio de Guayasamín a Víctor Morillo). Esta obra despertó mi curiosidad y puso la mente a volar, a pesar que visitaba a Victor en su delicado estado de salud, me sentí tentado a preguntar por aquello que seguro traería una gran anécdota del Tricolor quien, aún en su situación física, nunca deja de contar alguna historia de su vida.


Víctor Morillo en Ecuador
Corría el año 1983 y Victor Morillo como invitado especial por Venezuela para un evento cultural del Pacto Andino en Quito, Ecuador. Entre el público presente habían muchas personalidades importantes, pero había una especial que llamaba la atención de Victor, como el mismo describe: "un indio serio con cabello blanco". Este personaje nunca aplaudía, solo realizaba gestos afirmativos con el movimiento de su cabeza, al finalizar el acto se acercó a Victor y le dijo: ¿dónde está hospedado?, Victor respondió: -en un hotel cercano-...el hombre le continuó: -te invito para que vayas a mi casa y actués allí, dame la dirección del hotel para enviar una camioneta por los instrumentos de los músicos-. Al retirarse, Victor preguntó a un amigo quien era ese personaje curioso y el amigo sorprendido le dijo: ¡ese es Guayasamín, Oswaldo Guayasamín el pintor!

Guayasamín y Fidel
Al llegar a la casa de Guayasamín, la primera impresión para Victor fue la entrada en la casa de Guayasín con un par de indios de unos cuarenta metros, su casa un museo prácticamente. Entre otras anécdotas señala Victor que en el baño de las féminas había un pene y en el de los varones una vulva, es decir, detalles curiosos de un artista plástico. Aquella invitación era una fiesta de celebración de Guayasamín donde Victor actúo para él y muchos invitados intelectuales, escritores, artistas, pintores, etc. Esa casa fue una sensación para Morillo, a partir de allí se convirtió en uno de sus amigos, cuenta Victor además, que el artista plástico ecuatoriano, Oswaldo Guayasamín  fue un gran amigo personal de Fidel Castro y Gabriel García Márquez, personalidades a las cuales pintó en varias oportunidades.

Fotos Cortesía:

(1) Libro Autobiográfico del Tricolor de Venezuela "Victor Morillo"

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Víctor y su historia con "La negra del maraquero" de Ernesto Luis Rodríguez


Una noche en la Casa Guárico, se hizo presente el poeta Ernesto Luis Rodríguez autor  de “La Negra del Maraquero”,. Morillo junto al Conjunto de Los Hermanos Chirinos le pidió al poeta escuchar  “La Negra del Maraquero” en declamación llena de estilo propio en zapateo y sonido de arpa criolla. 

Estas fueron las palabras de reacción del poeta Ernesto Luis Rodríguez luego de escuchar a Víctor Morillo: 

- ¡Víctor, oye bien, yo no escribí eso así, no digas que es mio, me da pena, no digas que esa vaina es mía, ese es tuyo, tú lo hiciste, tú lo has hecho, eso no lo hace nadie sino tú!-  Víctor le respondió al poeta: ¡No, Ernesto! -.

Tiempo después, Víctor Morillo siguió recitándolo con su rítmica y zapateo. El recordado gran actor y declamador Oscar Martínez, también quedó encantado por esta forma recitada de Víctor Morillo con La Negra del Maraquero al punto que fue grabado por el propio Oscar Martínez  junto a Los Torrealberos del Maestro Juan Vicente Torrealba. 

Cuenta Víctor Morillo que junto a Mario Suárez trajo a Oscar Martínez de Calabozo, Guárico  a Caracas donde recitaba con un conjunto llamado “Los Guancheros” de la Cerveza Polar, allí  también cantaba el gigante Héctor Cabrera. Oscar  Martínez recibió influencia de esa rítmica y zapateo de Morillo a lo que agregó su propio talento y portentosa voz, ¡un fenómeno! como siempre dice Víctor por admiración a un gran artista.

“La Negra del Maraquero”  es uno de las recitaciones más requerida en los eventos de presentación de Víctor Morillo. El propio Presidente Hugo Chávez, llamó una vez a Víctor para que asistiera  a Miraflores  junto a Cristóbal Jiménez. Víctor le estuvo enseñando su forma de recitar “La Negra del Maraquero”  y otros poemas que grabó en un estuche inédito en cassettes que le entregó al Comandante Chávez. Dice Víctor de esa grabación: ¡lo que hay en ese estuche es oro! 

En Miraflores, de la grabación de cassettes de 70 números poéticos grabados por Víctor Morillo le enseñó a Chávez los versos: ¡por aquí pasó compadre, hacia aquellos montes lejos!…

Poco antes de partir físicamente, el Comandante Presidente Hugo Chávez en una reunión de ministros en cadena nacional, hizo de manera jocosa y muy particular la recitación del poema  “La Negra del Maraquero”, de Ernesto Luis Rodríguez el cual, ya recitaba, en sus años de Teniente con arpa, cuatro y maracas .





La Negra del Maraquero (Ernesto Luis Rodríguez):

El joropo ha comenzado
Lo más hondo del compás,
 bailan todos los vecinos
de Guatopo y Paso Real
las mulatas son alegres
como brisa en morichal,
con los senos por salirse
el descote a la mitad y en
el medio un caminito más
abajo del collar, que dan
ganas de seguirlo para ver
a dónde va
Y el joropo sigue dando
Lo más hondo del
compás

El artista en los finales
vuelve el golpe a comenzar
Marcelino el Maraquero se estremece
En el chis-chas y su negra Casimira
Sólo baila que cara’ con cualquiera
Que la saque como a corcho ‘e limoná
Porque tiene la cintura sabrosita
Pa’ baila
Y el joropo dale y dale
Lo más hondo del compás

Con el indio Paracoto zapateando
Viene y va, con el chato Magallanes
Se parece a un Sebucán pero más
Le gusta darse con el negro Carvajal
Porque sabe que la aprieta,
Que la aprieta mucho más
Y la espiga de su cuerpo
Ya se quiere reventar...

Y el joropo va marcando
Lo más hondo del compás...

Todos ven al Maraquero, ella
Sólo sin mirar y al pasar a cinco
Varas cual gallina que ve sal...

Él le grita con soberbia
sin perderse en el chis-chas
¿Qué te pasa Casimira? Nunca
miras para acá...

Eres tú tierra baldía o potranca
Sin bozal...

Y el joropo dale y dale
lo más hondo del compás...

Ella baila, cómo baila, jamás
Quiere descansar dando
Vueltas por el patio como
Arena en vendaval y contesta
Emocionada sin los ojos levantar

Este golpe hay que bailalo
Como yo lo sé bailá

Si me pongo a ver de frente...

Pierdo el ritmo del compás...

En la voz de Marcelino
se desnuda la verdad
qué va mija lo que pasa es que
estás enamorá...

Y en los brazos de ese negro
que ya quiero estrangulá
esa cara tan morena se te ha
puesto colorá...

Y los senos se te esponjan
como lunas de alquitrán...

Como ríos en invierno...

Que se van a desbordar...

¡Otro agarre las maracas!
Porque yo no toco más...
Lo del cura...
Pa’ la iglesia...
La gallina...
Pa’ el corral
Careador no he sido nunca
Cachicamo ¿yo?

¡Qué va...!
No trabajo para lapa...
Y esa negra no es prestá...
Me costó sesenta reales
Pa ´podérmela lleva
No la vendo, no la cambio
Ni por oro, ni por na’
En la orilla de su acerco
Yo tendí mi empaliza
Y de adentro no me sale
Ni un novillo sin serrá
Deme patio compañero
Que conmigo va baila
Papelón que yo me chupo
No es melao pa’ los demás

Y el joropo sigue dando...
Lo más hondo del compás...
Y el joropo dale y dale
Lo más hondo del compás…

Y el joropo sigue dando...
Lo más hondo del compás



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Un mulato susceptible

Allá por los años cincuenta trabajaba en el programa radial "Alegría Criolla" que era animado por Justo Piñero Rojas y don Rafael Guinand. Un día les dije a Salvador Rodríguez, arpista legendario y al cantador apodado "El Chirulí de Aragua", otro fenómeno de su especialidad, que deseaba ver y vivir un joropo o baile de arpa en el propio terreno, con bailadores auténticos. Con su actitud cariñosa de siempre, Salvador me manifestó: ¡No hay ningún problema Víctor!. El próximo sábado tenemos que tocar un baile en Santa Teresa del Tuy y puedes venirte con nosotros.

El sábado señalado con gran entusiasmo me reuní con los personajes citados, compramos una botella de licor y partimos hacia el joropo. Estaba tranquilo, inadvertido de los asistentes cuando, en la madrugada, uno de los concurrentes un poco entonado, grito: ¡Aquí está Víctor Morillo...que recite...que recite...! Por esos días tenía "pegados" varios discos, entre ellos "Los Negros" y "Perfil de Faustino Parra". Sin pensar en nada malo, comencé a recitar y gesticulaba hacia la gente, la mayoría de raza negra:


Los negros y los zamuros
son del mismo parecer...
Los negros y los zamuros
son del mismo parecer...

Negro el pelo
negro el rostro
negro el caballo trotón
negro el bigote retinto
negra la mala
intención.


De pronto, desde el grupo saltó un hombre descomunal, un negrazo, gritando:

-Mira Morillo, coño de la tuya, tú la tienes cogida conmigo, esa vaina es conmigo, que si negro pa´ca y negro pa´llá-. ¡Te voy a joder...!

Uniendo la acción a las palabras, el gigantesco personaje, absolutamente ebrio y fuera de sí, desenvainó un larguísimo puñal, le cortó las cuerdas al arpa de Salvador Rodríguez y se me encimó, ante cuya peligrosa actitud, el peligroso músico le dio una "garnatada" o bofetada y lo lanzó al piso, tras
lo cual se lo llevaron detenido.

Al llegar el nuevo día, muy apenado por el incidente, le pedí a mis amigos que me llevaran a la Prefectura para explicarle al sujeto que no era nada personal contra él, sino unos simples versos. ¡Pero que vá!. Todavía resentido, con la borrachera intacta, el hombre insistía:

- A usted le gusta echarle jaretas a los negros...a usted le gusta echarle vaina a los negros...!

(Anécdotas de la autobiografía del "Tricolor de Venezuela", Víctor Morillo).

Fotos tomadas por Larry Márquez Peralta(1)  El maestro y patrimonio viviente Juan Martínez (músico y luthier) junto a su hijo Albin Martínez (arpista) y el maraquero José. (2) Ricardo Macero (músico tresista) y Norma Díaz (vocalista) en baile tuyero


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